martes, 29 de junio de 2010

En tu puerta.

Entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías, y da igual cuantas veces te cambies de peinado o a cuantos gimnasios te apuntes o cuantos vasos de Chatone te tomes con las amigas porque sigues acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntádote qué hiciste mal o qué pudiste malinterpretar, y como puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz, a veces incluso logras convecerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta.