viernes, 8 de enero de 2010

Apariencias.


Las apariencias engañan!

No siempre es fácil distinguir a los buenos chicos de los malos chicos. Los pecadores pueden sorprenderte. Y lo mismo es válido para los santos. ¿Por qué intentamos definir a la gente simplemente como "buenos" o "malos"? Porque nadie quiere admitir que la compasión y la crueldad pueden convivir una junto a la otra en el mismo corazón y que cualquiera es capaz de cualquier cosa.